Cuando un político de 84 años sale a dar un mensaje sobre inteligencia artificial, lo esperado sería un discurso superficial lleno de generalidades y temores vagos sobre "los robots". Pero lo que Bernie Sanders publicó ayer—tras su reciente discusión pública en la Universidad de Georgetown con el "padrino de la IA" Geoffrey Hinton—no fue eso. Fue una advertencia sistemática sobre preguntas que la industria tecnológica—y los miles de millones de dólares invertidos en relaciones públicas—han logrado mantener fuera del debate público.
La pregunta central que plantea Sanders es brutalmente simple: ¿Quién debería controlar la transformación de la sociedad mediante IA? Y más importante aún: ¿por qué hemos aceptado que un puñado de multimillonarios—Elon Musk, Jeff Bezos, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Peter Thiel—tenga ese poder sin ningún tipo de supervisión democrática?
Más allá del hype: Las preguntas incómodas
Sanders, como miembro de alto rango del Comité del Senado sobre Salud, Educación, Trabajo y Pensiones, ha estado investigando el impacto de la IA durante meses. Su análisis incluye una conversación con Geoffrey Hinton, el "padrino de la IA" y ganador del Premio Nobel, quien recientemente advirtió que es solo cuestión de tiempo antes de que la IA supere la inteligencia humana.
Pero Sanders no se queda en los escenarios apocalípticos de ciencia ficción. Va directo al grano económico: su investigación sugiere que la IA y la robótica podrían reemplazar casi 100 millones de empleos en Estados Unidos durante la próxima década.
Los números son escalofriantes:
- 40% de enfermeras registradas
- 47% de conductores de camiones
- 64% de contadores
- 65% de asistentes de enseñanza
- 89% de trabajadores de comida rápida
¿Y la respuesta de los magnates tecnológicos? Elon Musk dice que "la IA y los robots reemplazarán todos los trabajos. Trabajar será opcional." Bill Gates predice que los humanos "no serán necesarios para la mayoría de las cosas." Dario Amodei, CEO de Anthropic, advierte sobre la pérdida de la mitad de todos los empleos de oficina de nivel inicial.
Lo que ninguno de ellos responde es: ¿Cómo sobrevivirá la gente sin ingresos?
El estado de vigilancia que venden como progreso
Aquí es donde el discurso de Sanders se vuelve verdaderamente inquietante. Larry Ellison, la segunda persona más rica del mundo, no solo está invirtiendo cientos de miles de millones en IA—está prediciendo abiertamente "un estado de vigilancia potenciado por IA donde los ciudadanos estarán en su mejor comportamiento porque constantemente estamos grabando y reportando todo lo que está sucediendo."
Léanlo de nuevo. No es una advertencia distópica de un activista de derechos digitales. Es una *promesa* del segundo hombre más rico del planeta.
Sanders plantea la pregunta obvia: ¿Cada llamada telefónica, cada email, cada texto, cada búsqueda en internet estará disponible para los dueños de la IA? ¿Cómo sostenemos una democracia bajo esas condiciones?
El costo ambiental que nadie menciona en las keynotes
Mientras las empresas de IA presentan sus modelos como el futuro brillante de la humanidad, Sanders señala algo que raramente aparece en los comunicados de prensa: el impacto ambiental devastador de los centros de datos.
Un centro de datos de IA relativamente pequeño consume más electricidad que 80,000 hogares. El que OpenAI y Oracle están construyendo en Abilene, Texas, usará tanta electricidad como 750,000 hogares. Meta está construyendo uno en Louisiana del tamaño de Manhattan que consumirá la electricidad de 1.2 millones de hogares.
Un. Solo. Centro. De. Datos.
Y mientras tanto, comunidades enteras están luchando contra la construcción de estos centros, oponiéndose a la destrucción de su medio ambiente local, facturas eléctricas disparadas y el desvío de suministros escasos de agua. Pero cuando tienes cientos de miles de millones de dólares, las objeciones de comunidades locales se vuelven un mero trámite.
La guerra sin soldados: El futuro que nadie pidió
Sanders también toca un tema que raramente se discute: ¿Qué pasa con la guerra cuando los robots reemplazan a los humanos?
Históricamente, los líderes políticos han sido cautelosos con la guerra debido a la reacción pública ante la pérdida de vidas. Pero ¿qué sucede cuando tienes ejércitos de robots? ¿Los líderes estarán más dispuestos a iniciar guerras si no tienen que preocuparse por explicar miles de muertes de soldados jóvenes?
¿Habrá una carrera armamentista de robots? ¿Países peleando con máquinas en lugar de personas? Y si no tienes que preocuparte por perder robots en lugar de seres humanos, ¿cómo moldeará eso las políticas exteriores globales?
Son preguntas incómodas. Y es precisamente por eso que necesitamos hacerlas.
La pregunta existencial: ¿Quién gobierna el planeta?
Quizás la advertencia más escalofriante de Sanders—y una que comparte con Geoffrey Hinton—es la posibilidad de que los humanos pierdan literalmente el control del planeta ante una IA superinteligente.
No es ciencia ficción. Es una preocupación seria de personas extraordinariamente informadas. Y sin embargo, el debate público está dominado por demos impresionantes y promesas de productividad, mientras las preguntas fundamentales sobre control, gobernanza y existencia humana quedan sin responder.
¿Por qué Peter Thiel llama "legionarios del Anticristo" a quienes quieren regular la IA?
Sanders señala algo revelador: Peter Thiel, el multimillonario inversor y cofundador de Palantir, llama a quienes buscan regulaciones sobre IA "legionarios del Anticristo."
Léanlo de nuevo.
¿Por qué esta resistencia tan visceral a cualquier supervisión democrática? ¿Por qué Donald Trump quiere imponer una orden ejecutiva que bloquee a los estados de regular la IA?
Sanders lo plantea directamente: ¿Esta élite de multimillonarios tecnológicos realmente cree que tiene el derecho divino de gobernar? ¿Estamos regresando al siglo XIX donde reyes y monarcas decían que Dios les dio el derecho de gobernar?
La respuesta de la industria: Silencio estratégico
Lo fascinante del discurso de Sanders es lo que *no* está generando: respuestas sustanciales de la industria tecnológica.
No hay refutaciones detalladas a los números sobre desplazamiento laboral. No hay propuestas alternativas para lidiar con el desempleo masivo. No hay planes transparentes para la gobernanza democrática de la IA. No hay reconocimiento del impacto ambiental.
Solo el silencio usual. O peor aún, acusaciones de ser "anti-innovación" o "tecnofóbico"—las tácticas estándar para desviar cualquier crítica seria.
¿Y nosotros qué?
La pregunta que Sanders plantea no es si la IA será transformadora—eso ya es un hecho. La pregunta es: ¿Para quién será transformadora?
¿Será utilizada para beneficiar a toda la humanidad, o simplemente para hacer a los más ricos aún más ricos y poderosos?
¿Tendremos alguna voz en cómo se despliega esta tecnología, o simplemente aceptaremos que un puñado de multimillonarios tomen todas las decisiones sin supervisión democrática?
La urgencia es real
Sanders promete presentar pronto un conjunto específico de recomendaciones al Congreso sobre cómo abordar las amenazas sin precedentes que plantea la IA.
Pero la pregunta es si el Congreso—o cualquier gobierno—actuará lo suficientemente rápido. Los avances ocurren casi a diario. Se están gastando cientos de miles de millones. La infraestructura se está construyendo. Los modelos se están desplegando.
Y mientras tanto, las preguntas fundamentales sobre democracia, trabajo, privacidad, medio ambiente y el futuro de la humanidad quedan sin responder.
Tal vez eso es exactamente lo que los multimillonarios que controlan la tecnología quieren: que ignoremos el tema hasta que sea demasiado tarde para hacer algo al respecto.
Conclusión: Es hora de una conversación incómoda
El discurso de Sanders no ofrece respuestas fáciles. Pero hace algo más valioso: formula las preguntas correctas.
¿Quién debe controlar la IA? ¿Cómo protegemos empleos y medios de vida? ¿Cómo preservamos la privacidad y la democracia? ¿Cómo mitigamos el daño ambiental? ¿Cómo prevenimos guerras automatizadas? ¿Cómo aseguramos que la humanidad mantenga el control sobre su propio futuro?
Estas no son preguntas hipotéticas para debates filosóficos. Son preguntas urgentes que requieren respuestas inmediatas.
Y lo más importante: requieren que las respondamos *nosotros*—la sociedad en su conjunto—no un puñado de multimillonarios en salas de juntas privadas.
La IA transformará el mundo. Eso es inevitable. Pero *cómo* lo transformará sigue siendo una pregunta abierta.
Y si no participamos en responderla, otros responderán por nosotros.
Referencias y fuentes:
- Discurso completo de Bernie Sanders: "The threats from AI are real" (2 de diciembre de 2025)
- Canal de YouTube: Senator Bernie Sanders
- URL: video completo
Sobre el autor:
Nathan Bernard es reportero digital de tecnología para el blog de Digiall. Con experiencia en medios franceses y cobertura de la industria tech, Nathan analiza el impacto social de la innovación tecnológica con una perspectiva crítica que cuestiona narrativas corporativas y examina estructuras de poder en la industria.
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